martes, 5 de enero de 2010

Veinte de diez

Y no encontré al amor de vida, ni el trabajo de mis sueños, ni la casa ideal. La ropa sigue abollada en exceso en mi placard, me encontré celulitis desubicada en una nalga, los mosquitos me pican y no tengo Off, nunca compré un aire acondicionado, y sigo durmiendo en la cama de una plaza. Sigo comiendome las uñas y los pellejitos de los dedos. Todavía me cuesta diferenciar entre el tire y empuje, y leer un reloj con agujas de un vistazo como el resto de la humanidad. Aposté a la coherencia, a la adultez, a la emancipación, a usar taquitos y a poder comer sushi con palitos. Nada de eso logré.
Tengo un sin fin de quejas. No te banqué 2009, tenelo en cuenta. Quise exterminarte desde el primer día. Pero gracias por ser tan cordial y despedirme así:


2 hablaron:

Anónimo dijo...

¡Epa!
Que buena despedida. 2010 será tu año.
Saludos.

La última mariposa dijo...

espero que si! gracias jugo!
besos!